se despide de la literatura a sus 96 años.
por Sergi Doria
Transcripción
La primavera de 2011, con la mano izquierda paralizada y problemas de vista y audición, Mercedes Salisachs conversaba con ABC con motivo de la publicación de “El cuadro”, su novela 38. En el prólogo, el ya desaparecido y añorado Carlos Pujol elogiaba la fecunda vejez de la escritora en activo de mayor edad. Pese a los embates de una enfermedad degenerativa, Salisachs siguió trabajando en la que va a ser la última novela de su prolífica y fecunda trayectoria literaria. Con 96 años y medio; desafiando al aislamiento sensorial, ha puesto punto final a “El caudal de las noches vacías” (Martínez Roca), una historia que parecía querer escapar de su narradora.
Como dejó dicho en su ensayo “La palabra escrita”, y no se cansaba de repetir, la novela exige dejar la prisa a un lado y ser consciente de que “las cien primeras páginas, nunca son enteramente válidas”. Para una enemiga de la autocomplacencia como Salisachs, la escritura tiene más de transpiración que de inspiración: una continuada reelaboración de “hacer para rehacer, tachar para cambiar, quitar para añadir y, sobre todo, prescindir de aquello que se escribió con excesivo entusiasmo”. Toda una serie de procesos que el declive físico iba dificultando.
Primavera de 2013. Con la mente más lúcido que nunca, la escritora ha luchado con el texto hasta que su mano sana dijo basta. Enclaustrada en unas extremidades que no responden, con la vista más opaca y el audífono que distorsiona cada sonido, Salisachs se despide de la literatura con esta última novela, la 39, culminada gracias a el apoyo –físico y moral- de su nieta Alejandra Soler-Roig. Para Salisachs, Alejandra ha sido su compañera de fatigas en la última década de su vida: “La indiscutible sustituta del hijo que perdí hace muchos años”.
-¿Cómo se siente la escritora más longeva de España?
-Agradecida, por haber podido mantenerme en activo hasta ahora y porque escribir ha sido una forma de volver a vivir muchos fragmentos del pasado.
-¿Cuánto tiempo ha dedicado a acabar esta novela?
-Escribirla alrededor de dos años, aunque la idea se estuvo gestando en mi mente un año antes.
-¿Qué ha resultado más duro: la escritura o la corrección posterior?
-Sacar de la nada me resulta siempre más difícil. Una vez tengo la estructura hecha, re-encajar las piezas y pulir el texto es una labor que requiere tiempo, pero es mucho menos complicado.
-¿Queda algún manuscrito en el cajón?
-Con mi nieta hemos recopilado en “Momentos” una serie de reflexiones y recuerdos de mi vida: sería mi obra número cuarenta.
-Como católica, ¿qué opinión le mereció la renuncia de Benedicto XVI?
-En una sociedad aferrada al poder, Benedicto XVI nos ha dado una lección de humildad y lealtad a todos los católicos. Su decisión, fruto de una profunda reflexión, ha sido para el bien de la Iglesia.
-En esta novela, un joven sacerdote conoce a una mujer divorciada con un hijo. ¿Cómo se resuelve ese dilema desde la perspectiva de Mercedes Salisachs?
-Mi intención ha sido relatar una situación que cada vez es más frecuente. El ser humano, debido a su condición, se ve expuesto a un sin fin de situaciones y tentaciones a las que debe hacer frente. Vivir y caminar hacia delante sin quebrantar nuestros principios es algo por lo que tenemos que luchar cada día.
-Escritora catalana que escribe en castellano...¿Cómo ve la deriva secesionista de la Generalitat?
-Con mucha tristeza. Siempre me he considerado española y creo que la diversidad de tradiciones y raíces de las que disfrutamos en cada región de España, no sólo son matices que nos permiten convivir en armonía, sino que además aportan una gran riqueza a nuestra cultura y nos ayudan a ser una nación más completa y fuerte.
Padecemos una crisis económica pero, sobre todo, moral. ¿En qué falla esta sociedad?
-En la falta de valores. En la gran ignorancia que existe de las verdades que muy pocos se ocupan de analizar y poner en práctica. Si nos preguntásemos de dónde vengo, hacia dónde voy y cuál es mi misión en esta tierra, nos acercaríamos más a encontrar las respuestas que llevamos impresas en nuestro ADN.
Mercedes Salisachs (Barcelona 1916) debutó como escritora en 1955 con “Primera mañana, última mañana”. Premio Ciudad de Barcelona 1957 y en 1975 premio Planeta, especial relieve merecen sus memorias, “Derribos”. De la treintena larga de títulos publicados se queda con “El volumen de la ausencia”, “El secreto de las flores”. “Desde la dimensión intermedia”, “Reflejos de Luna” y la que será su última novela: “El caudal de las noches vacías”.
Sergi Doria